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  • Foto del escritorPatu

Skrik

Actualizado: 12 oct 2022


Skrik, Edvard Munch, 1893. Nasjonalmuseet, Oslo.






Pocos artistas han logrado expresar las emociones como Munch. Resiliente como pocos, con sus obras ha sabido transmitir una capacidad innata al ser humano: sentir. Una vida llena de penurias entre escasez de solvencia, una familia con tendencia enfermiza y poco reconocimiento por parte del gremio dió fruto a unas obras que se salen de lo común.



Es el caso de Skrik. Pocas veces una obra puede tener la increíble fueza emocional que posee una obra que nos logra transmitir la ansiedad y el miedo, con unas líneas que hacen que el cuadro sea casi real en el plano sensitivo.



En la obra, se ve a una figura andrógina en primer plano, con los brazos levantados y la cara asustada. En el fondo, dos personas a bastante distancia y un cielo rojo brillante sobre lo que parece el mar. Munch explicaba:


''Paseaba por un sendero con dos amigos; el sol se puso. De repente, el cielo se tiñó de rojo sangre, me detuve y me apoyé en una valla muerto de cansancio: sangre y lenguas de fuego acechaban sobre el azul oscuro del fiordo y de la ciudad. Mis amigos continuaron y yo me quedé quieto, temblando de ansiedad. Sentí un grito infinito que atravesaba la naturaleza.''



Así pues, en Skrik, Edvard se pintó a sí mismo con la boca abierta y tapándose las orejas, angustiado y con desesperación. El mar que parece de fondo luego se sabría que es el Oslofjord, visto desde la colina Ekeberg. El cielo rojizo en un principio se pensó que era provocado por la erupción del volcán Krakatoa, pero ésta teoría quedó descartada al estar datada en 1883. Más tarde se supo que el fenómeno captado por Munch sería el de ''núbes de nácar'' producido por las bajas temperaturas, dando origen a nubes de trazos rectos y de colores monocromáticos. Como curiosidad, en la primera versión Edvard escribió ''¡Sólo podría haber sido pintado por un loco!'' en ésta parte, tapándolo después con las tonalidades rojas.



Skrik, Edvard Munch, 1893. Nasjonalmuseet, Oslo.




¿Tapándose las orejas? ¡Sí! Al contrario de lo que comúnmente se cree, Edvuard no se pintó gritando, si no tapándose los oídos, aturdido. ''Sentí un gran grito en toda la naturaleza'', dijo Munch. Por tanto, él no era el que gritaba si no el que percibía el grito.



Existen cuatro versiones de Skrik. La original de 1893, en técnica mixta de óleo y pastel y expuesta en el Nasjonalmuseet de Oslo. La segunda, en témpera sobre cartón y la tercera (tras recuperarla de su robo) se exponen en el Munchmuseet y la cuarta es de propiedad privada.



Munch, además, hizo una litografía en 1985 ante la gran acogida que tuvo el cuadro y así poder reproducirlo en periódicos y revistas.



Tres versiones (dos cuadros y la litografía) de Skrik expuestos en el Munchmuseet.





Una obra objeto de robos



El 12 de febrero de 1994 la obra Skrik de la Nasjonalmuseet fué robada a plena luz del día por el ladrón más famoso de Noruega, Pål Enger, quien dejó ésta nota: ''Gracias por la falta de seguridad''. Se pidió rescate de un millón de dólares estadounidenses, oferta que el gobierno noruego rechazó. Más tarde, el 7 de mayo, el cuadro se recuperó gracias a la colaboración con la Scotland Yard.



El 22 de agosto de 2004 el cuadro expuesto en el Munchmuseet fué robado a punta de pistola. El 31 del mismo mes pudo ser recuperado por la policía noruega, pero descubrieron que había sido quemado para eliminar posibles pruebas. El 20 de diciembre del mismo año se confirmó que los daños eran irreparables: además de las zonas quemadas, la humedad se había comido el color el la zona inferior.



Skrik, Edvard Munch, 1893. Munchmuseet, Oslo.




Ya a finales del siglo XX consiguió ser todo un icono cultural, logrando ocupar la portada de la famosa revista Time en 1961.



Más tarde, artistas de la corriente pop art, reproducirían la obra de diferentes maneras, desde las estampaciones sobre seda de Warhol a... una controvertida muñeca hinchable. Sí, como lo lees. El muralista Robert Fishbone, en 1991, empezó a reproducir muñecas hinchables en masa con la figura central de la obra. Los detractores, critican que al sacar totalmente la obra de contexto, se banaliza el sentimentalismo de la misma, quedando devastada.





Y a tí, ¿qué te transmite Skrik?







Puntos de interés:



Nasjonalmuseet


Brynjulf Bulls plass 3, 0250 Oslo, Noruega +47 21 98 20 00




Munchmuseet


Edvard Munchs Plass 1, 0194 Oslo, Noruega +47 23 49 35 00


https://www.munchmuseet.no/

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